En el partido de segunda ronda de Roland Garros entre Juan Martín del Potro y Nicolás Almagro se vivió un momento tan intenso, tan emotivo, que puso a todos al borde de las lágrimas.

En la cancha 2, en el segundo set, Del Potro se resintió el aductor y debió recibir asistencia. Nicolás Almagro se acercó a preguntarle si estaba todo ok y si necesitaba algo.

Luego de que Nico Almagro se adueñara del segundo parcial, empezaron los problemas en la rodilla de Nico, que había ingresado infiltrado a jugar el match.

El dolor era tan intenso que Nico Almagro se quedó estático en el 1-1 del tercer set y explotó en un llanto incontrolable. Se tiró al piso y lloraba como un niño.

Delpo (muy conmovido) se acercó a su lado y, dándole el tiempo necesario, lo acompañó hasta la silla. Nico le dijo que no podía más, se dieron un abrazo y se quedaron los dos en la silla de descanso de Nico.

El momento fue tan emotivo, tan intenso, que es muy difícil verlo sin emocionarse.

4 Comentarios

  1. Reitero lo que hace rato vengo diciendo: las lesiones lo pusieron a Delpo más allá de todo. Hoy es una presencia diferente a todo en el circuito. El tipo renació y se da el lujo de competir hasta lo impensado, sin perder ni un poquito de humanidad. Me gusta pensar que es la templanza que le hizo ganar el esfuerzo gigantesco mental y físico que hizo durante 3 años para poder volver a jugar. Bienvenido sea! El deporte actual asquerosamente mercantilizado y frío necesita mucho de esto.

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