
Novak Djokovic inició su camino en el Australian Open 2023 con una contundente victoria sobre Roberto Carballes Baena, con un score de 6-3 6-4 y 6-0.
Previo al partido todas las miradas estaban puestas sobre Djokovic y esas expectativas abarcaban distintos temas:
- El retorno del rey de Melbourne, luego de no participar de la edición previa por decisiones políticas en torno a su vacunación.
- Las molestias en el isquiotibial de la pierna izquierda, que lo incomodaron en la semana previa de entrenamientos, e incluso días atrás, en el torneo de Adelaida.
- El inicio de un camino que lo tiene como favorito a conquistar el título y de esta manera igualar a Rafael Nadal en cantidad de Gran Slams (22).
El match se desarrolló sin grandes inconvenientes para el serbio. Con la precisión y variantes propias de su ADN, acorraló en todo momento a un Carballés que no encontró argumentos para contrarrestarlo. Quizás el segundo set fue donde el español se corrió de su libreto defensivo para tomar más riesgos, lo que hizo que el encuentro aumente en interés para los espectadores. No hizo mella esto en Novak, quien luego de obtener ese segundo set desplegó un tenis apabullante en la tercera manga.
Respecto a su isquiotibial, el propio Djokovic admitió en conferencia que los dos primeros sets estuvo “probando su pierna”, en algún sentido protegiéndola. Y agregó que esa prueba decantó en un tercer set en el que logró “meterse de lleno en el partido y moverse con mayor facilidad”.
El serbio parece haber despejado las dudas respecto a su condición física, aunque queda latiendo la pregunta de como responderá ante un rival de mayor fuste. El próximo compromiso, Hugo Dellien o Enzo Couacaud. Ninguno de ellos parece ser ese tipo de adversario capaz de llevar al límite a Djokovic. Y eso sin considerar que el balcánico contará con un día más de descanso.