La conquista de Novak Djokovic en París-Bercy lo inmortaliza todavía más, pero es innegable la preponderancia del ruso.


Daniil Medvedev vino a llenar un hueco, un pozo que difícilmente sea ocupado completamente. Desde mucho antes de la final del US Open, el ruso ya mostraba chispas de rivalidad tenística con Novak Djokovic por ser uno de los nuevos valuartes generacional del circuito. Son «amores» de final de temporada, sensaciones de que en el tenis continúan creándose esos duelos que intentan paralizar al mundo. El N°1 y N°2, cara a cara, con andares y caminos distintos, unos más discretos que otros, pero ahí, llegando, estando presente en instancias definitorias de los torneos más importantes del tour.

Siempre en finales en 2021, Australia, Nueva York, París, y ¿Turín? Pocas cosas tan volátiles como el Masters en los últimos tiempos, pero allá van. Nole y Medvedev llenan de especulaciones a los especialistas. El serbio rompe récord legendarios y el ruso hasta ya se apunta para lider del ranking, algo inédito y por instantes complicado de digerir.

Djokovic y el trofeo de campeón del Masters 1000 de París-Bercy. (Foto: Rolex París Masters)

¿Y a qué juega el resto? El resto juega, sí. Potencial hay. Zverev, Tsitsipas, Rublev y cuanta flamante sensación nueva surga en el tour. Pero parece que Daniil encontró en Djokovic ese reto que lo obliga a arrinconarse y amotinarse contra el #1. Con el ATP Finals a la vista, y Federer y Nadal todavía observando desde la grada, la potencial rivalidad tenística que se avecina ya cursa etapas donde Novak Djokovic sigue prevaleciendo gracias a la incalculable espalda del Big Three.

Foto principal: Rolex París Masters