¿Cómo repercute la organización del WTA Argentina Open en el tenis Femenino Nacional?
Con el impulso de la Bloming Cup a comienzos de año, la presencia de Nadia Podoroska dentro de las cien mejores del mundo y la posterior organización del WTA de Buenos Aires, Argentina comienza a realizar acciones que provocan una serie de reacciones favorables alrededor de todo el tenis femenino nacional: el efecto mariposa.

Una semana que será recordada, por volver por un momento al circuito grande WTA, tribunas con leyendas como testigos de una historia que supo tener a siete top-100 en una misma temporada, colaborando hoy en el desarrollo del tenis femenino: Mercedes Paz, Florencia Labat, María José Gaidano, Norma Baylon, María Emilia Salerni, Bettina Fulco entre otras.

Un motor a sangre que es Romina Ottoboni y montón de chicas que empiezan a ser protagonistas en los circuitos de futuros; jugadoras como Martina Capurro (Semifinalista en tres M15), Julia Riera (Campeona de dos M15 en Turquía) y Lucía Peyre (Finalista en el M15 de Castellón).

La final del dobles de Lourdes Carlé, y las actuaciones de las juveniles Solana Sierra, Luli Moyano y María Victoria Burstein, son solo algunos de los sueños que comienzan a hacerse realidad. No puedo dejar de preguntarme que hubiera pasado si esta decisión de apoyar al tenis femenino hubiera sido hecha hace diez años atrás, cuando había una generación de seis o siete jugadoras por año de nacimiento. Pero eso es historia.

Hoy el tenis femenino nacional vive un momento de renacimiento, bendecido por sus protagonistas de años otrora. Respectando la historia, pensando el futuro, para volver a ser actrices principales del circuito y ocupar el lugar que merecen tener.