Este domingo, Stan Wawrinka se convirtió en el segundo suizo en obtener la Coupe des Mousquetaires, emblemático trofeo de Roland Garros, negándoselo a Novak Djokovic, que sigue en busca de su máximo sueño.

Y tal como su amigo y compatriota Roger Federer, a quien había derrotado en cuartos de final, Wawrinka ganó un domingo 7 de junio frente al hombre que había derrotado a Rafael Nadal.

Se trata solamente de una coincidencia, algo de azar que sólo aparece en los sueños más locos. Sin embargo, es una coincidencia que ya se ha hecho dato.

Hoy Wawrinka se transformó de nuevo en Stanimal, este hombre no tan hombre y más bestia, que ha ganado el Abierto de Australia en el 2014. Al fin del primer parcial, pensé como muchos que Djokovic ganaría su primer Roland Garros y completaría su Grand Slam en carrera.

Pero de repente apareció el Stanimal, que estaba ahogado en un mar de nervios. Resurgió esta bestia que no puede errar una, que pinta las líneas como los mejores artistas del planeta, que corre sin cansarse, puño apretado, fusilando a su rival con reveses uno más fantástico que el precedente.

Esta bestia que había dejado sin respuestas a Roger Federer y Jo-Wilfried Tsonga, y que ya estaba dejando al número uno del mundo con la boca abierta, intentando recuperar este nivel insuperable que lo había transportado en sus últimos 28 partidos. En vano.

Cuando se despierta el Stanimal, nadie lo puede frenar.

Al final, Wawrinka se consagró campeón de Roland Garros con un triunfo por 4-6, 6-4, 6-3 y 6-4 frente a Novak Djokovic, en un partido donde hizo nada menos que 60 golpes ganadores, incluso 14 con ese fantástico revés.

Ganando o perdiendo, Djokovic siempre muestra su don de caballero
Ganando o perdiendo, Djokovic siempre muestra su don de caballero

Una victoria en la que el rival sólo pudo decir «demasiado bueno» e inclinarse, como lo hizo Djokovic, que demostró otra vez su gran caballerosidad. Vino de perder una vez más en la final del Abierto de Francia. Escurriéndose su gran sueño de sus manos, pero felicitó a Wawrinka con una sonrisa y un inmenso abrazo, gesto que le mereció una de las ovaciones más grandes  jamás vistas para un finalista de Grand Slam.

Este domingo, Stan Wawrinka, el Stanimal, ganó su segundo Grand Slam. Sin embargo, una vez que se apagaron las luces sobre el segundo grande de la temporada, puedo decir que también ganó el tenis, con este inmenso partido y el gran gesto del número uno del mundo.

(Fotos: Getty Images)