Entender por qué Federer y Nadal y en su momento Djokovic y Murray atravesaron un momento de irrevocabilidad a la hora de competir en las Grandes Citas. ¿Quién les hace sombra?


En algunos debates tenísticos, se utiliza el término Weak Era (“Era Débil”) al hablar del período de la ATP entre 2000-2007, haciendo referencia a una época de “competencia con poca fuerza”, durante la cual los dominadores del circuito carecieron de rivales de entidad, esos que logren estar a su altura en la lucha por los grandes títulos.

EL ANTECEDENTE

Entre los años mencionados, jugadores como Andy Roddick, Juan Carlos Ferrero, Marat Safin o Lleyton Hewitt alcanzaron la cima del ranking y se disputaron los Grand Slams, en un bache que comenzó con el principio del fin de las carreras de André Agassi y Pete Sampras y que concluyó con la aparición de Roger Federer. Durante sus mejores años, el helvético aplastó a todos los números uno mencionados, y que sólo encontró un oponente en el jovencísimo, osado y vestido de musculosa y pescadores: Rafael Nadal.

DJOKOVIC EN PLENITUD

Desde hace algunos años, puede que estemos atravesando una nueva Weak Era en la competencia. Analicemos: Entre 2015 y 2016, Novak Djokovic dominó a puño de hierro el circuito. Se paseaba por las pistas a placer, sin dar opciones a ningún jugador. Se llevó cinco de los ocho Grand Slams disputados en esas temporadas, ganando dos finales frente a Roger Federer (ya veterano) y cediendo dos definiciones contra Stan Wawrinka (Roland Garros 2015 y US Open 2016), mientras que Wimbledon 2016 fue para Andy Murray.

EL ARREBATO DE ANDY

Su caída en la segunda mitad de 2016 fue aprovechada a la perfección por un Murray que alcanzó por primera -y única- vez el primer puesto del ranking, también sin encontrar oposición. Luego de la caída del serbio y ante las ausencias por lesión de Roger Federer y Rafael Nadal. Los conocidos como la Next-Gen, hablamos de Dominic Thiem, Alex Zverev, Nick Kyrgios no lograban tumbar o molestar a los gigantes; las generaciones intermedias como Grigor Dimitrov, Kei Nishikori, Milos Raonic, Marin Cilic caían semifinal tras semifinal y final tras final en los grandes torneos; mientras que Tomas Berdych, Jo-Wilfried Tsonga, David Ferrer, entre otros veteranos que vivieron a la sombra del Big 4, transitaban (y están transitando) el final de sus carreras, sin hacer cosquillas al mandato comandado por el cuarteto dorado.


Sí durante 2016 la lucha por los grandes títulos se vio recortada al serbio y al escocés, en parte por las lesiones de Roger y Rafa, la historia se invirtió en 2017. Allí se vio como Nadal y Federer se llevaban los cuatro Grand Slams (dos por lado) y cinco de los nueve M1000 mientras Novak y Andy desaparecían, mermados físicamente y faltos de tenis.

Nuevamente, pocos jugadores, y sólo en torneos de M1000 y en el torneo de Maestros, pudieron hacerse un hueco y conseguir títulos. En 2017, sólo hubo tres ganadores de M1000 que no fueron ni Nadal ni Federer: Zverev (Roma y Cánada), Dimitrov (Cincinnatti) y Sock (París Bercy).

 

Un dato curioso es que, para estos hombres, fue su primer título de estas ligas. Por su parte, la Copa de Maestros cayó en manos de Dimitrov, que en la final venció a David Goffin (verdugo de Federer en semifinales). Hilando más fino en el torneo de fin de año, cuatro de los ocho participantes eran debutantes (Goffin, Zverev, Dimitrov y Sock), demostrando que empezaban a aparecer nuevos rostros en los torneos de élite.

HOY: 18 de abril de 2018. Nadal (31 años) y Federer (36), alternados semana a semana, ocupan el primer y segundo puesto del ranking, y la tendencia por los puntos parece mantener esta lógica durante lo que resta de la temporada. En los más altos planos, todo fluye normal. Ningún miembro del “Big 4” ha dejado que otra cabeza asome en el número uno desde el 2004, y contados jugadores (Del Potro, Wawrinka y Cilic) lograron llevarse un Grand Slam en los últimos doce años.

EL PRESENTE

En 2018, Roger comenzó a paso de toro, llevándose su vigésimo Grand Slam en Australia y recuperando el número uno con el título en Rotterdam (jugador más veterano de la historia en alcanzar dicho puesto). Llegaba a la gira americana como favorito y defendiendo sus títulos en Indian Wells y Miami obtenidos el anterior curso. Sus derrotas en la final ante Juan Martín Del Potro y ante Thanassi Kokkinakis en la primera ronda respectivamente abrieron la puerta a dos nuevos ganadores de M1000 que, en línea con el 2017, saborearon su primer triunfo en esta categoría: el ya citado Juan Martín (IW) y el estadounidense John Isner (Miami).

Tras estas caídas, Roger ha decidido saltarse la gira de tierra para centrarse en la hierba. A sus 36 años, vemos su calendario cada vez más limitado (estudiado al más mínimo detalle y siendo coherente en la toma de decisiones), consciente de que quizás su retirada esté más cerca de lo que creemos. Sin embargo, al corto plazo, no parece haber un rival de entidad capaz de robarle el trono en la hierba de Londres.

Rafa Nadal reaparecerá tras dos meses de inactividad por lesión con más dudas que certezas, pero al igual que Roger, su reinado en Roland Garros parece estar lejos de terminarse.

Novak Djokovic, acostumbrado a luchar los grandes títulos, parece no salir del bache tenístico en el que se encuentra tras destituir a Agassi y Stepanek de su equipo de trabajo; aunque ahora de la mano de Vajda parece encontrar el horizonte. Mientras que Murray y Wawrinka continúan ausentes tras operarse de la cadera y la rodilla respectivamente.

LOS CANDIDATOS A REBELDES

Figuras como Del Potro (15 triunfos consecutivos) y Zverev (en muy buena forma y final de Miami), parecen ser llamados a hacer algo grande esta temporada. Los NextGen como Coric (dos semifinales consecutivas en M1000), Chung (semifinales de Australia), Kokkinakis (triunfo ante Federer), Rublev y Shapovalov (de gran talento aún por explotar) parecen muy próximos a despuntar, carentes aún de experiencia pero sí con el hambre suficiente para aparecer en la escena.

Lo que llama la atención, desde hace años, la ausencia de jugadores capaces de destronar a los cuatro fantásticos. Sólo Marat Safin (AO 2005), Juan Martín Del Potro (US Open 2009), Stan Wawrinka, entre 2014 y 2016 (tres Grand Slams), y Marin Cilic (US Open 2014) han logrado un título grande en los últimos TRECE AÑOS. El resto se lo han repartido entre cuatro apellidos que además no han cedido aún el primer puesto del ranking.

El tiempo pasa y nadie es ajeno a él. Sucedió entre 2002 y 2004, cuando las carreras de Sampras y Agassi, dos auténticos dominadores del circuito, comenzaron a expirar. Jugadores como Tomas Johansson (Australia 2002), Albert Costa (Roland Garros 2002), Juan Carlos Ferrero (Roland Garros 2003) y Andy Roddick (US Open 2003) lograron el único Grand Slam de sus carreras en el período donde el cetro del tenis quedó vacante, llegando a tomar cuatro hombres el primer puesto del ranking en 2003 (Hewitt, Agassi, Ferrero y Roddick).

Quizás este 2018 no sea el año de relevo generacional, pero sí puede ser la base para que, al igual que en 2017, nuevas figuras sonrían detrás de los grandes trofeos y, poco a poco, derrumben la monarquía que comenzó en el ya lejano 2004 por Roger Federer, y que se encargaron de continuar Rafael Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray. Sus ausencias abren un mar de posibilidades en los M1000 y en no mucho tiempo sucederá en los Grand Slams.

Veremos si la weak era deja de ser débil, y pisa fuerte de una buena vez. 

Fotografía principal: YOUTUBE

1 Comentario

Comments are closed.