El tandilense salió ileso de su partido ante Nishioka y ahora piensa en su próximo desafío, siempre mirando de reojo al estado de su rodilla.


Juan Martín del Potro pasó una tarde de sensaciones encontradas que bien pudieron haber terminado en una temprana eliminación de Roland Garros o peor aun, en una nueva recaída física. El tandilense luchó por casi 4 horas ante un Yoshihito Nishioka que, aprovechando los momentos estáticos de Del Potro a causa de una nueva alarma en su rodilla derecha, fue capas de llevarlo hasta un quinto set que finalmente el tandilense pudo cerrar con holgura.

El fantasma que sobrevoló el flamante court Simonne Matthieu en el primer set con el traspié de Delpo, que trabó su rodilla luego de una contra pierna del japonés, paulatinamente se fue retirando gracias al potente juego de los golpes de fondo, en muchas ocasiones profundos y letales para el asiático.

Con el ya consumado y sufrido pase a tercera ronda en París, Juan Martín espera por el australiano Jordan Thompson para continuar por la senda del triunfo, consolidar aun más su juego, y disipar las nuevas dudas físicas que generó y que seguirá generando el partido de hoy.

Foto principal: Clarín