Tengo la sensación de que la pausa (la primera tan extensa a lo largo de su carrera) es la principal razón de este momento de Roger.
Parece haberle alcanzado para afinar algunas cuerdas, pulir ciertos detalles y definir su nuevo plan maestro.
Su reaparición en las canchas lo muestra distinto, poderoso y especial.

No hacen falta gestos extraños para llamar la atención. No hace falta estrellar raquetas contra el cemento.
No cuando se es tan grande.

Se me vienen a la mente las extrañas y parecidas reacciones de Berdych, Kyrgios y Nadal por citar algunas. No de comentaristas sino de sus rivales, como diciendo: «este tipo no puede estar haciendo esto justo ahora».

Alguna vez tuve el atrevimiento de compararlo con Superman (ver: Un nuevo Roger Federer)  y juro que jamás, pero nunca me imaginé este momento.
Cuando lo veía despedirse en los grandes (desde 2012 que no se consagraba) imploraba por ese tan preciado 18. ¿Pero esto?
Esto es mucho más que haber obtenido el Australian Open. Esto es escribir un nuevo capítulo en la historia del Tenis. Es haber renacido con 35 años para seguir iluminando y reestructurando un deporte que él mismo cambió para siempre.

Claro que es difícil darle dimensión a un tipo que semana tras semana se vuelve más y más grande.

Sólo al final de la historia habremos comprendido lo que Roger Federer hizo con el Tenis.

Lo mejor de todo es que aún no termina.

La felicidad que hoy siento es que este muchacho va a seguir hipnotizándonos por un tiempo.

Está claro que Superman no volvió para ganar un Grand Slam.

Esta vez volvió por mucho más.

Foto: Getty Images

1 Comentario

  1. Lindo comentario de roger, volvió para encargarse de los alienígenas con aptitudes parecidas a las de el

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