Su semana habría podido terminarse en la tercera ronda, contra la joven sensación Dominic Thiem, un partido en el que tuvo que salvar no menos de cinco puntos de partido. Pero el tenis es una mezcla de talento y, a veces, de un poco de suerte. Y esas dos cosas cada tanto se combinan para resultar en una semana soñada.

Tal como la que está viviendo el colombiano Santiago Giraldo en el Barcelona Open Banc Sabadell.

La alegría de Santiago Giraldo tras llegar a su primera final en tres años (Foto: Barcelona Open)
La alegría de Santiago Giraldo tras llegar a su primera final en tres años
(Foto: Barcelona Open)

Giraldo llegó hoy a la segunda final de su carrera tras derrotar a Nicolás Almagro (justo vencedor de Rafael Nadal en los cuartos de final) en dos parciales por 7-5 y 6-3.

Pasaron tres años entre la primera final del colombiano, en Santiago (perdió ante Tommy Robredo), y la que jugará mañana frente a Kei Nishikori.

No fueron años fáciles para él, especialmente en 2012, cuando tuvo que poner fin a su temporada en septiembre, tras una doble operación (apendicitis y dos días después peritonitis), resultando en un regreso complicado en 2013, que terminó con 13 triunfos y 26 derrotas.

Para dimensionarlo, el triunfo de hoy fue el decimoquinto de la temporada para Giraldo (frente a 10 derrotas), quien llegó a dos semifinales antes de la de hoy, en Viña del Mar (perdió con Leo Mayer) y Houston (perdió ante Fernando Verdasco).

Con la final de mañana, Giraldo regresará alrededor del puesto n°47 en el ranking ATP. Si vence a Nishikori, llegará a la mejor ubicación de su carrera (39 en julio de 2012), alrededor del n°33.

Sólo podemos esperar que el gran talento y el enorme trabajo del colombiano estén finalmente dando sus frutos, y que las lesiones y la mala suerte se hayan ido para siempre.