La nueva y tan promocionada camada de jugadores que asomaban como futuras promesas ya están dentro de los mejores del mundo, pero aún no lo son. ¿Que es lo que pasa?.


Durante los últimos diez años el circuito ATP estuvo dominado por una generación que marcó un antes y un después en la historia del tenis, el famoso «big 3». Desde la temporada 2009 hasta ahora solo Andy Murray, Stanislas Wawrinka, Marin Cilic y Del Potro pudieron arrebatarle un título grande a Federer, Nadal y Djokovic.

Justamente en el US Open 2009, Juan Martín Del Potro se convirtió, sin saberlo, en el último jugador menor de 22 años en coronarse campeón de un Grand Slam.

Actualmente, son 23 los jugadores menores de esa edad dentro de los 100 mejores del mundo y 8 dentro del top 20, entre ellos, algunos ya consolidados como Alexander Zverev, Daniil Medvedev, Stefanos Tsitsipas, Karen Khachanov, etc.

Ahora bien, si juntamos a todos estos chicos sumamos gran cantidad de títulos a nivel ATP, 8 títulos y 7 finales de Masters 1000, una final del Us Open e inclusive 2 títulos del Masters de Londres. ¿Qué es lo que falta entonces? Si en otra época los jóvenes se llevaban el mundo por delante.

Si entramos caso por caso, podemos encontrar miles de momentos y circunstancias que puede que nos respondan al tópico que planteamos. Parece ser momento para que los tenistas dejen de respetar tanto a los mayores, en el bien de la palabra, y, empiecen a molestarlos e intentar sacarlos de su zona de confort.

 «Mi generación es el futuro del tenis y no le tememos al big-3. Los jugadores son jóvenes, ambiciosos y juegan muy bien. No hay que temer al jugar con los mayores. Ese pensamiento fue crucial para mi y para mis resultados».

A día de hoy son pocos los jugadores que pudieron vencer a Rafael Nadal, Novak Djokovic o Roger Federer y ni hablar, de derrotar a los tres o así mismo, de vencerlos en algún partido crucial.