La tremenda sequía que vienen sufriendo chilenos, argentinos y brasileros en la gira sudamericana de polvo asombra. Los torneos ATP 250 de esos países son cada vez más dominados por los visitantes.
Chile: Feña y nada más.
Los trasandinos padecen un recambio generacional que al menos se acerque a los proezas de los Chino Ríos, Nicolás Massú y Fernando González. Éste último alzó cuatro coronas en Viña del Mar. La más reciente fue en 2009 y desde entonces nunca más se impuso un tenista local.
Brasil: Extrañan a Guga horrores.
De las últimas 17 ediciones del torneo entre Costa do Sauipe y San Pablo, sólo en dos se coronó un profeta de su tierra. En ambas, fue nada menos que Gustavo Kuerten (2002 y 2004, contra Guillermo Coria y Agustín Calleri respectivamente).
Thomaz Belucci supo llegar en 2009 a la definición pero el trofeo lo vio pasar en sus narices: se lo quedó Tommy Robredo. Un mal que parece no tener cura para los brasileros.
Argentina: La Legión es cosa de ayer.
Así como se irán extrañando a los Nocioni, Scola, Oberto, Ginóbili, Prigioni en la Selección Nacional de Básquet, también anhelaremos los años en los que Gaudio, Coria, Nalbandián, Cañas, Zabaleta, Chela, Acasuso, Calleri, jugaban al tenis.
Singular suceso el que hoy conocemos como ARGENTINA OPEN: Desde 2009 a esta parte, sólo tres argentinos llegaron a la final. Todos perdieron. El año anterior a ése, se encuentra el campeón argentino más cercano: David Nalbandián, venciendo a José Acasuso en una contienda netamente nacional por 3-6, 7-6(5) y 6-4.
Desde 1997 a 2000 que fue formato Challenger y de 2001 hasta 2008, encontramos SIETE CAMPEONES ARGENTINOS en 12 certámenes llevados a cabo. Aquí es donde notamos el cambio generacional y los talentos que fueron apagando su llama.
Foto principal: El Gráfico