A las dos derrotas en primera ronda de manera consecutiva, la rusa agrega la decepción de tener que bajarse de un certamen top por una lesión en su brazo.


Cuando oímos la frase que dice “lo bueno se hace esperar” nos brinda una sensación de alivio en momentos generalmente turbulentos y opacos. Esa frase y una paciencia del tamaño de montañas debe tener en su arsenal mental María Sharapova, ya que su vuelta a las canchas desde hace más de un año luego de una suspensión por doping, lejos está de ser la soñada.

Un arranque olvidable

En este 2018, luego de caer en semifinales de Shenzhen y tercera ronda del Abierto de Australia (frente a una inspiradísima Angelique Kerber), la rusa encadenó dos precipitadas despedidas en primera ronda de Doha e Indian Wells. Ahora, la frustración es mayor: una lesión en su brazo izquierdo le impide disputar un certamen de altísima calidad como Miami.

La número 41 del ranking deberá trabajar duro. No sólo lo tendrá que hacer para recuperarse de sus molestias, sino también para volver a su mejor nivel, si es que pretende retornar a los primeros planos y que las potentes luces de los grandes estadios vuelvan a hacer brillar su furioso cabello blondo.

Imagen: CCTV