Luego de un gran arranque y, tras colocarse dos sets a cero, Juan Martín del Potro y Guido Pella volvieron a emocionarnos.

Una vez más, sorpresiva, inesperada, pasional, maravillosa. Es la Copa Davis, la competencia más argentina del tenis.

Es como si hubiéramos estado atados desde siempre a pesar de no haber podido nunca con ella.

Y así, y aunque nunca lo logremos, la vamos a seguir buscando, como si nunca hubiera sucedido nada.

Porque nos volvimos especialistas en perder, porque aprendimos, porque ya no tenemos dudas.

Porque cuando Delpo aflojó un poco. Apareció el corazón de Pella. Para darle aire, para darle pausa, para darle impulso.

Y fue así como una tarde de calor en Pesaro y con tres voleas soberbias y determinantes, volvió Juan Martín del Potro al equipo argentino de Copa Davis.

Para abrazarse con Guido, para mirarse con esa hinchada loca Argentina que no entiende lo que quiere decir la palabra imposible.

Para fundirse en un abrazo con Juan Mónaco. Para sentirnos juntos. Para seguir soñando.

Fue tan solo una batalla pero desbordante de sensaciones. Es ilusión. Es emoción. Es alegría.

Es Argentina en la Copa Davis y es muy lindo volver a sentirlo.

Lo único que importa es disfrutar el próximo punto. Y seguir disfrutando de este maravilloso deporte.

(Foto: Adrián Quiroga/Prensa AAT)