En medio de la pandemia, incertidumbre, idas, vueltas, marchas y contramarchas; se sigue desarrollando el torneo que se juega en la especial y siempre atractiva ciudad de New York y que coronará a un nuevo campeón de Grand Slam.


Esta vez sin la posibilidad de estar ahí, transitando los caminos del encantador predio de Flushing Meadows, respirando (vaya paradoja del momento) sólo aire de tenis.
Caminar por esos espacios por donde circulan miles de personas cada año esta vez se lo ve sin la gente expectante de ver entrenar a sus ídolos viéndolos de tan cerca. Tampoco se escuchan los gritos de euforia frente a las pantallas en los jardines, y tampoco se disfruta de comer algo en algún entretiempo comentado los detalles de algún partido presenciado.

Todo se desarrolla con las tribunas vacías y en silencio, sólo se escuchan los impactos de las pelotas en las raquetas, pero no el grito y la exaltación del público luego de disfrutar de los mágicos golpes y definiciones de las figuras del tenis presentes este año.

Sin Roger, sin Rafa y sin otros tantos, seguimos inmersos en esta “burbuja” dentro de un torneo de desarrollo incierto, sin el entusiasmo y el glamour de ediciones anteriores plenas de espíritu, tradición y aire tenístico.

Con sorpresas varias, y vaya si no, con la eliminación (correcta a partir de la aplicación de la norma y respeto a la misma) del número 1 Novak Djokovic, y seguramente con opiniones encontradas al respecto.

¿Se lo llevará, Thiem, Zverev, Medvedev? en unos días se develará el misterio del joven ganador de esta edición.

Teniendo en cuenta el momento y las circunstancias, ¿podremos decir si el US Open 2020 habrá sido un Gran Slam?

Respuesta quizá difícil e incierta a la vez…… Aunque para el triunfador seguramente lo será, a pesar del Covid-19, la burbuja y las cuarentenas.

A seguir disfrutándolo por TV….

Raúl Saez para batenniscom