Luego de convertirse en la pelota oficial del Abierto de Francia, Wilson vuelve a la carga con su nueva línea de raquetas Roland Garros. Dentro de esta línea, que incluye también una versión de la ULTRA; la BLADE R.G 16X18, llegó para quedarse.
En el 2020 ya habían reeditado la versión original con una de las cosméticas más lindas del mercado, reviviendo un modelo de la marca muy noble que no había tenido tanto éxito en ventas hasta la llegada de su nueva imagen.
Pero lo cierto es que esta versión de menos cuerdas es buena, y no pidamos más. La raqueta tiene un plus de salida de bola comparándola con su hermana mayor (BLADE 18X20) y la verdad esto no la hace resignar estabilidad, algo que es una característica de Wilson en casi todos sus modelos, aunque no tiene un aporte extraordinario en ningún aérea.
Su peso y su matriz es igual a la 18×20, pero su nivel de poder es mucho mayor. Les diría es una raqueta que poco tiene que ver con su versión de más cuerdas. A la mano se siente mucho más liviana aunque tengan el mismo peso y balance.
La pintura opaca no es lo que mejor le sale a Wilson, de hecho hay modelos que tuvieron muchos problemas (ULTRAv2), y la cosmética no es mejor que la versión 2020. Pero sigue siendo elegante.
Esta es una de las pocas raquetas, que tienen buena salida de bola y la vez conservan la línea de una raqueta de control. Elegir a la hermana menor de una familia tradicional como son las BLADE es una buena opción: sus niveles de control y potencia están bastante equilibrados. ¿Su estilo? intacto, como Roland Garros.