El mundo del tenis estaba listo para recibirlo y el lo aprovechó.
El primer Andre Agassi profesional, con su Prince Graphite aro 107, y sus shorts de jean. Tiempo después se supo que los shorts fueron diseñados para John Mc.Enroe pero fue Andre el que les dio vida para transformarlos en un ícono. Nike tuvo varios intentos de reeditar los shorts de jean que lo pusieron en el mapa del tenis mundial, pero nunca fueron tan afortunados como los de fines de los ochenta.
A principios de los 90´s se vuelve a producir otra revolución, introduciendo los colores fluos en la ropa de Andre. Las calzas por debajo de sus shorts, y remeras con corte irregular, le dieron al tenis la segunda vuelta de tuerca al color de fines de los setenta. Nadie que vivió esos años puede no recordarlos. Todavía Nike no era la marca #1, pero iba camino a serlo. En tanto Agassi sale de Prince para firmar con Donnay, un contrato que a posteriori llevaría a la quiebra a la marca belga.
Para 1992 el Agassi producto era superior al Agassi jugador. Sus contratos publicitarios eran más abultados que los de los tres mejores jugadores del ranking juntos. En una serie de Copa Davis disputada en Hawái, lanza su vinculo con los anteojos Oakley. Jugó pocos partidos con la marca, pero bastó para vender millones. Ese mismo año consigue su primer Grand Slam, en Wimbledon. Muchos especulaban que Agassi no jugaba para no vestirse de blanco. Ya en 1991 había entrado al All England de un blanco total, pero sería el año que conseguiría el título donde selló otro nuevo estilo, cambiando su bincha original por una gorra.
Los años de furia, los excesos y las malas compañías, llevaron a Agassi al límite. Con un calendario muy reducido y varias lesiones, 1993 iba ser su peor año, terminado #23. Pero las cosas iban a cambiar para finales de 1994. Uniría sus fuerzas con Brad Gilbert. Firmaría un contrato millonario con Head. Que lanzaría al mercado la “HEAD RADICAL”. La leyenda comercial decía ¿Quien usará esta raqueta ahora? y se veía el pelo quemado por fuera del gorro de Agassi.
André Agassi empezaría el verano americano siendo el #20 del mundo y terminaría #2. Ganaría en el plazo de tres meses el UsOpen, Viena y Paris Bercy. En tanto Pete Sampras y Jim Courier ya eran jugadores Nike, lo cual incrementaba las tensiones dentro de la marca. Pero los buenos resultados de Andre, lo llevaron a firmar el contrato más importante en la historia del tenis hasta el momento, $15,000,000 anuales por el plazo de 10 años.
Y cuando todos nos habíamos hecho la idea de que Andre Agassi iba a ser un eterno gran segundo, se rapa el pelo, se pone un pañuelo en la cabeza y con un estilo pirata, arrasa en 1995, llevándose en su primera aparición el Abierto de Australia. A los 25 años se convertiría por primera vez número uno del mundo. El número uno más vendedor de la historia. En ese momento donde Nike comienza a pergeñar dentro de sus filas, la idea de los opuestos, el correcto Sampras, el trasgresor Andre. Lo que los llevaría a filmar el mejor spot publicitario en la historia del deporte blanco.
En 1997 comenzaría el año como #8 del mundo y caería al puesto #141, posición que no ocupaba desde sus dulces 16. La historia volvía a repetirse pero esta vez la caída era más profunda. Su ranking era tan bajo que se vio obligado a salir a jugar Challengers a fines de año para mantener sus acuerdos comerciales. Pero ya en 1999 con un look mucho más discreto ganaría dos de los cuatro grandes y se convertiría en el único jugador en ganar los siete torneos más importantes del tour. (Récord todavía no superado por nadie).
Al final de su carrera, firma contrato con Adidas. Nike abandona al jugador que más ganancias le había dado. El mismo jugador que ya tenía su propio logo dentro de la compañía, la doble AA, pero que sería reemplazado por dos figuras que pisaban fuerte como lo eran Roger Federer y Rafael Nadal.
Una vez retirado Andre volvió a Nike, y hasta ser nuevamente contratado por HEAD, lució sus viejas Prince. La influencia de Agassi en el mundo comercial del tenis ha sido tan importante que Nike volvió a reeditar la indumentaria utilizada por el en el Us Open de 1990. Pero faltaba algo muy importante. El gran Andre.