Sabalenka y Rybákina definirán el Australian Open 2023 este sábado. Es de esperar una final con pocos matices tácticos y estratégicos. Un partido de palo y a la bolsa de parte de ambas.
Las protagonistas de la final de esta edición parecen venir de la escuela de Serena y Sharapova: tiros rápidos, contundentes, que agujereen la cancha. No darle respiro a la rival. Dominar desde la primera pelota. Evitar transiciones largas.
En los últimos 3 o 4 años, las dos jugadoras que dominaron el circuito no se ajustaron a ese molde. Nos referimos a Ashleigh Barty e Iga Swiatek. La australiana (ya retirada) manejaba efectos como pocas en la historia, y con eso variaba el juego a placer. La polaca, por su parte, es muy dúctil con su mano, y contragolpea fenomenalmente. Justamente en este open de Australia, Iga sucumbió contra la kazaja en cuarta ronda, en lo que claramente fue un choque de estilos.
Entonces, las variantes de Barty o Swiatek no estan aquí, en esta final. Aryna y Yelena van a entablar un “fuego contra fuego”. Desde la predominancia del servicio intentarán definir los puntos con uno o dos pelotas. En ese sentido, dependerán de que la rival sea presa de los nervios y que cometa más errores en dichos turnos de servicio (por ejemplo, doble faltas).
¿Qué se puede decir del aspecto mental? Sabalenka nos da la misma sensación desde que se afirmó en el top ten: sufrir la presión por ganar títulos grandes. Ahora bien, esta es su primera final de Gran Slam. Al romper la barrera de las semis, ¿Habrán pasado esos nubarrones que le “agarrotaban” el brazo en los distintos torneos grandes? Pareciera que tiene un poco más de potencia que su rival, y esto puede ser determinante por las características de esta final.
Respecto a Rybákina nos da pocas señales. Es literalmente un bloque de hielo. No muestra emociones en los partidos, ni positivas ni negativas. Ganó Wimbledon 2022 y parecía que había perdido si nos guíabamos por su rostro. Lo mismo ocurrió en la semifinal de hoy vs Azarenka. Saludó a la gente prácticamente desde su banco, no desde el centro de la cancha. No es juicio de valor, sino que es llamativamente inexpresiva. Pero lo que importa es su tenis, su gran servicio y sus golpes planos que hoy la ubican en esta final y en el top ten a partir de este lunes. Asi como en un mano a mano la bielorrusa parece ganar en potencia, la kazaja parece mejor preparada en el aspecto mental.
Las cartas están echadas. El sábado habrá lluvia de palos en Australia.