“Representar al país es algo único”, explicó el mejor argentino del ranking luego de su primer triunfo como local en Copa Davis. El objetivo de ser Top 10, el vínculo con Konfederak y el aura invencible de Djokovic. ¿Cómo mantener el equilibrio con una personalidad efusiva?
La Copa Davis no es fácil. En un sábado por momentos sofocante, el Buenos Aires Lawn Tennis Club se volvió a vestir de celeste y blanco para una nueva presentación de Argentina, esta vez ante Lituania. El encargado de abrir la serie por el Grupo Mundial I fue Francisco Cerúndolo (#21 del mundo), que en un partido con idas y vueltas venció a Vilius Gaubas (#476, 18 años) por 6-1, 6-7 (6), 6-2 en 2 horas y 33 minutos. Sin ocultar su espíritu competitivo, su enojo -que a veces le juega a favor y otras en contra- y sus altibajos emocionales, sacó adelante su primer partido como local en esta competencia. Con toda la presión de conseguir el triunfo por las diferencias del ranking, puso el 1-0 en la Catedral (que luego amplió a 2-0 Sebastián Báez).
-¿Cuál es la sensación? ¿Felicidad? ¿Alivio?
-Un poco de todo. Alivio, felicidad, orgullo. Fue un partido duro. Él jugó bien y yo tuve mis momentos buenos y malos. El marco estaba muy lindo y por suerte pude sacarlo adelante.
¿Cómo te habías sentido durante la semana?
-Me había sentido bien casi todos los días, incluso hoy en la entrada en calor. Tuve mis dudas en el partido, pero pude hacer un upgrade en mi nivel. Me puse muy tenso el el tiebreak, pero lo pude sacar adelante en el tercero.
-¿Por qué decidiste venir a esta serie? Podrías haber priorizado otros objetivos por la diferencia de nivel con Lituania.
–Representar al país es algo único. No se compara con nada. Siempre voy a decir que sí, salvo que me pase algo muy raro. Va más allá del ranking del rival o la superficie.
Como pocos, el porteño ostenta una de las mejores derechas del tour. Otra de sus armas principales es el drop shot. En contraposición, su cabeza y temperamento le han jugado una mala pasada en varias ocasiones: final del ATP de Lyon ante Arthur Fils, contra Jiri Vesely en el US Open, por citar algunos casos. En esos partidos canalizó parte de su enojo en Kevin Konfederak (su coach), a modo de descarga, lo cual llamó muchísimo la atención.
-¿Cómo es la relación con tu entrenador? Desde afuera puede parecer algo extraña, sobre todo cuando estas enojado durante los partidos que le hablás o le gritás.
–Obvio que no es normal para el que está afuera. Todos tienen sus diálogos, pero no tan extremos. Lo que pasa en la cancha queda en la cancha, más allá de la relación afuera. Eso está pactado por los nervios que hay en el momento.
Hay jugadores que tienen que descargar más, otros menos. Soy bastante efusivo, sino me apago. Si me quedo callado tengo menos energía. Si puteo o tiro la raqueta me ponen warning o me sacan puntos. Es la manera de descargar. Estoy intentando bajar un poco el enojo porque a veces me juega en contra, porque no separo y juego caliente el siguiente punto.
¿Pensaste en sumar un coach de experiencia para dar un salto más? Invertir desde ese lado…
–Todavía no. No lo hablé con los chicos. En algún momento me gustaría. Venimos subiendo todo el tiempo, no estuvimos estancados en ningún momento. Viene fluyendo bien. Veremos si me quedo en algún momento o necesito algo más, sobre todo de alguien que haya vivido lo que estoy viviendo. Sí, sin duda.
-Top 10, campeón de Masters 1000. ¿Te ves logrando algo así en el corto o mediano plazo?
–El Top 10 es un objetivo para el año que viene. Va a ser el siguiente paso. Ganar un M1000 sería divino, ya hice dos cuartos y una semi. Estoy ahí, empezando a aparecer en las rondas finales. No es un objetivo en sí, pero para ser Top 10 hay que pegar un resultado como ese… Van de la mano.
-¿Para meterte en ese lote necesitás un avance mental, tenístico? En caso del segundo: ¿Qué tenés que ajustar?
-Es una mezcla de todo. En lo mental, mantenerme mejor en los momentos de tensión. No pegarme algún viaje, ser más certero cuando tengo chances. En lo tenístico, mejorar el saque y el juego de red. Ser más sólido en polvo. Vengo trabajando y mejoré en todos los aspectos.
Así describe Cerúndolo a Novak Djokovic (#1) y Carlos Alcaraz (#2), los dos mejores del mundo.
¿Cómo puede ser que Djokovic siga ganando tanto?
–Tiene una mentalidad única y una cabeza de campeona ridícula. Se cree invencible y superior a todos en el buen sentido. Tiene algo diferente al resto y el tenis lo acompaña con un nivel altísimo. Todos los tiros son casi perfectos. Pega todas bien, está siempre bien parado. Vos lo ves y decís: ’Qué fácil jugar así, no es que hace algo difícil de copiar’, pero todo lo que hace lo hace perfecto o casi perfecto. No tiene huecos. Con 36 años y con todo lo que ganó, su mentalidad es admirable.
-Hablame de Alcaraz, como persona y fuera de la cancha
-Es un tipazo, una gran persona. Tengo una muy buena relación, nos llevamos muy bien. Es buenísimo que un campeón como él sea así. Él y su familia son increíbles conmigo.